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Festival Rey de Reyes de la Trova 1995 |
Pocos trovadores y conocedores de la trova
dudan que César Augusto Betancur ‘Pucheros’ es uno de los mejores trovadores de
la historia, si no el mejor. La calidad de su repentismo ha sido un referente
para las generaciones actuales, que ven en él un genio de la improvisación y un
modelo a seguir. Pero su capacidad creativa va más allá de la trova, y es por
eso que ha sido libretista de múltiples e importantes programas humorísticos de
la radio y la televisión colombiana. Además, ha escrito libretos para shows de
humor, para teatro y actualmente lo hace para series y telenovelas del Canal
Caracol.
En 2012, después de casi una década de
ausencia, volvió a los escenarios de la trova y se coronó como El Gran Trovador,
en un bonito reencuentro de grandes improvisadores en El Teatrico. Y, un año
después, levantó por quinta vez el título de Rey de Reyes de la Trova, demostrando
la vigencia de su repentismo. León Felipe Duque habló con él, como parte de su investigación Del campo a la ciudad: historia de la trova antioqueña en Medellín (1975-2013).
León
Felipe Duque: ¿Cuándo comenzó a trovar?
César
Augusto Betancur: Yo
estudiaba en el Gilberto Alzate Avendaño de Aranjuez y en 1980, mientras
cursaba segundo de bachillerato, mi papá organizó un festival de trova en ese
colegio. Ahí vi por primera vez trovadores y me pasó lo mismo que a muchos estudiantes:
me aficioné mucho, me engomé y empecé a trovar en el salón como por mamar gallo
con los compañeros, sin ningún tipo de expectativas. Trovaba bien y comencé a
relacionarme con trovadores y a visitar Astrocol. Gracias a eso, participé en
festivales regionales y juveniles hasta que se fue volviendo algo serio y me
quedé trovando.
L.F.D.:
¿Recuerda esos primeros festivales en los que participó?
C.A.B.:
Primero participé en unos
festivales infantiles en abril de 1981, me fue muy mal y pensé que no volvería
a trovar porque me dio mucho susto. Después, en octubre de ese mismo año,
participé en un festival intercolegiado de trova en el Camilo Torres, un
colegio de Buenos Aires, me gané ese festival y de ahí en adelante ya empecé a
trovar muy bien y me gané muchos más. Yo siempre he dicho que cuando uno va a
ser buen trovador al año de empezar ya debe estar trovando bien.
L.F.D.:
En los años 80 no había escuelas ni semilleros de trova, ¿cómo era el
aprendizaje?
C.A.B.:
No había escuelas ni
semilleros pero había más festivales y más oportunidades de trovar. Actualmente
en Medellín hay muchos festivales en el marco de la Feria de las Flores, pero
en esa época eran festivales todo el año, si no era en Medellín, era en
Envigado o en Caldas o en Itagüí o en otros pueblos. Uno podía decir que cada fin de semana estaba
en un festival distinto, entonces no había esa formación y esos fogueos que hay
ahora pero había los fogueos más importantes: los festivales. Uno se fogueaba
era realmente donde tocaba, porque a vos en un semillero de trova te pueden dar
algunas bases, pero es muy distinta la teoría que vos recibas sentado en una
silla a estar parado en un escenario. Hay gente que puede saber la técnica para
hacer una trova buena, pero si se para allá y de pronto el susto no lo deja
trovar bien… pues no hace nada. Yo he visto gente que no conoce esas bases pero
se paran en un escenario y son unos animales para trovar, lo hacen muy bien.
L.F.D.:
¿Cómo era la trova en esos años 80?
C.A.B.:
En ese momento era más bonito
el espectáculo en la medida que los trovadores éramos todos muy distintos. Venían
trovadores de muchos pueblos, trovadores campesinos, entonces en un festival
vos veías viejos, jóvenes, veías universitarios trovando con arrieros, gente
que vivía en una vereda trovando con el médico Jorge Mario Correa. Yo, por
ejemplo, que estudiaba en el Gilberto Alzate Avendaño, trovando con estudiantes
de Eafit. Era un choque cultural muy interesante y eso le daba un sabor más
dulce y más folclórico al festival. Hoy en día los trovadores somos buenos pero
muy parecidos, porque todos somos de la ciudad y todos manejamos y nos
desenvolvemos en la misma temática. Los trovadores de antes aportaban más y los
que venían de afuera hacían muy folclórico y muy bonito el festival.
L.F.D.:
Usted ganó el Festival Nacional de la Trova de 1984 siendo muy joven, ¿cómo fue
esa experiencia?
C.A.B.:
Para ese Festival tenía 17
años, llevaba tres años trovando seguido en toda parte y ganándome muchos
festivales. Saulo García y yo trovamos ahí por primera vez y los dos éramos los
favoritos, los conocedores de la trova y los mismos trovadores decían: “De esos
dos pelados no sale el rey”. Entonces, claro, el susto de siempre y no pensaba
que fuera a ganar porque en esa época los festivales eran mucho más importantes
que ahora. Pero bueno, la verdad es que ya estaba muy fogueado, me fue muy bien
y gané el Festival.
L.F.D.:
Ser rey nacional le abrió las puertas del Festival Rey de Reyes, ¿en qué año
comenzó su participación en este festival?
C.A.B.:
El primer Rey de Reyes en el
que participé fue en 1986 y me lo gané, así que a los 19 años ya había ganado
lo que había que ganar. A partir de ahí, participé muy poco, ya no iba a
festivales regionales y casi que sólo participaba en el Rey de Reyes.
L.F.D.:
Muchos amantes de la trova tenemos la imagen suya al lado de Germán Carvajal
disputando las finales de muchos Rey de Reyes.
C.A.B.:
Claro, pero esa era una
vaina muy amistosa porque Germán y yo siempre hemos sido muy amigos, toda la
vida, desde que empezamos a trovar junto a Saulo. La gente lo veía de afuera
como una rivalidad, pero la rivalidad era de ellos, unos tomaban partido a mi
favor y otros a favor de Germán. A mí me gustaba ganar, pero cuando ganaba él
yo quedaba tranquilo y él pensaba lo mismo, no habían ningún problema.
L.F.D.:
¿Cómo dio el paso de la trova a los libretos?
C.A.B.:
Fue gracias a ser rey
nacional. Eso me cambió la vida en muchos aspectos porque después de ese Festival
del 84 me hice muy amigo de ‘El Ciego’ Duque y de ‘Vargasvil’, que tenían el
programa de radio, entonces empecé a trabajar con ellos y aprendí a hacer
libretos. Ahí se abrió el camino para llegar a lo que soy ahora, la trova fue como
esa puerta de entrada.
L.F.D.:
¿Por qué tantos trovadores migran de la trova a los libretos, al humor y a otras actividades artísticas?
C.A.B.:
Todo parte de que la trova
es un invento. Vos para hacer una buena trova tienes que imaginártela,
proponerla, darle cierta estructura y crear algo a veces divertido, a veces
profundo o a veces crítico, pero crear algo. Ese músculo que vos utilizas
para crear algo finalmente es el mismo que utilizas si vas a crear una novela
o vas a crear una película o vas a escribir un libro, se trata de creación. Yo
no sabía que de la radio iba a pasar a la televisión y, cuando menos pensé, se dio
la posibilidad. Después salió una propuesta para escribir teatro y posteriormente
una oferta para hacer telenovelas, que es en lo que estoy ahora. Todo se fue
dando así, sin pensarlo, pero el germen, la semilla, es la capacidad de
inventar.
L.F.D.:
Algunas personas afirman que con la salida de trovadores como usted, Germán, Saulo,
entre otros, se acabaron los referentes en la trova, ¿qué opina?
C.A.B.:
No creo en eso que la gente
siempre dice, que "todo tiempo pasado fue mejor”. A mí me parece que ahora hay
trovadores muy buenos también, como ‘Lokillo’, y he visto por ahí uno que otro
bueno. Ojo, no es fácil encontrar un muy buen trovador, casi no surgen, pero los
hay. De pronto los hay mejores que antes, lo que pasa es que la gente se queda
con ese cuento de que “lo que me tocó a mí era mejor”. Los trovadores de ahora
son diferentes pero también hay muy buenos, además, hay trovadores incluso
anteriores a mi generación, como Miguel Ángel Zuluaga, que son trovadores
vigentes desde hace 40 años y ahí están. Los que nos hemos ido es por un
proceso normal, porque yo tengo 45 años y no puedo seguir haciendo lo que hacía
cuando tenía 14. A mí me gusta ver trova pero ya no me gusta tanto hacerla y,
de hecho, por eso no volví a participar en los festivales.
L.F.D.:
No volvió a participar durante mucho tiempo como trovador pero sí como jurado,
especialmente en el Festival Nacional de la Trova Ciudad de Medellín. ¿Usted
cree que este Festival le dio un nuevo aire a la trova?
C.A.B.:
Definitivamente, ese
Festival le ha dado mucha altura a la trova por muchos factores. Primero,
porque es un Festival que se hace en el marco de la Feria de las Flores con el
patrocinio de la Alcaldía, entonces no tiene el referente del trago y la venta
de aguardiente, algo que sí estaba presente en los festivales de antes, y a mí
me parece mejor que la gente disfrute de la trova en sano juicio. En ese
sentido, es un Festival muy sano y muy limpio. Segundo, porque es un Festival
que se transmite por Teleantioquia y Telemedellín, que son prácticamente
canales nacionales, y lo pueden ver en todas partes, algo que no pasaba en mi
época. Tercero, porque es un Festival que todos los trovadores se han tomado
muy en serio. Yo me doy cuenta que estos pelados desde enero se están preparando
cada uno a su manera con muchas expectativas de participar, lo cual está muy
bien. Eso quiere decir que ese Festival les ha devuelto una mística a los
trovadores que es muy importante. Además, es un Festival que ha acercado a
gente muy buena y de mucha calidad a la trova, ahí he sido jurado con Fernando
Gaitán, con Gustavo Álvarez Gardeazábal, con Camilo Durán Casas (q. e. p. d.),
gente muy buena, gente de la cultura y de las artes que, para utilizar una
palabra bien paisa, se descrestan mucho con la trova.
L.F.D.:
Usted menciona la preparación de los trovadores jóvenes, quienes se han convertido
en protagonistas de este Festival en los últimos años. ¿Cree que las modalidades
de trova que exige este Festival —como el pie forzado, el agota rima y el
ratoneo— limitan a los trovadores de mayor edad?
C.A.B.:
No creo que los limite, es
cuestión de prepararse y de cogerle el tiro. Sí hay algunos que deben tener más
habilidad para manejar las modalidades que otros, pero realmente no creo que a
un trovador bueno hacer un pie forzado lo limite, no. A un trovador bueno
póngalo a trovar en cualquier modalidad y lo hace bien, a los que limitan debe
ser porque realmente son trovadores limitados. Y de eso se trata, no todos van
a tener un mismo nivel porque hay unos mejores que otros. Ese Festival también
es importante en apoyar ese tipo de cosas y en ser pionero en exigirles más a
los trovadores, porque creo que la mera cuartetica de la trova tradicional es
muy sencilla y cuando vos la dominas ¿cuál es el reto de ahí en adelante? Me
parece bien que cada vez tengan más dificultades, porque estos festivales
importantes le deben dificultar la vida a los trovadores, no facilitársela.
L.F.D.:
¿Por qué decidió volver a los escenarios de la trova?, primero en El Gran
Trovador de El Teatrico y después en el Rey de Reyes 2013.
C.A.B.: Lo de El Teatrico lo hice por la amistad con Germán.
Yo dejé de trovar por diez años pero nunca a mí nadie me ha escuchado decir que no
voy a volver a trovar en un festival. Puede que este Rey de Reyes sea el
último, o puede que no, pero yo nunca voy a decir que me retiré, porque
cualquier circunstancia me puede hacer volver. Lo que pasa es que sí tengo que
ser claro y sincero en decir que ya los festivales no me llenan como antes. Hace
20 años esperaba un festival con mucha hambre, pensaba en ganarlo y en mi
interior me azuzaba y me preparaba para llegar dispuesto a ganar un festival. Esa
era la actitud que yo tenía, ahora no, ya tomo las cosas muy reposadamente y ya
no los disfruto tanto, entonces por eso no había vuelto a trova. En el Rey de
Reyes quise participar para relajarme y pasar una noche divertida y chévere con
unos amigos, pero no con la intención de volver a los festivales
definitivamente.
L.F.D.: Y
durante esa década de ausencia, ¿trovaba fuera de los escenarios?
C.A.B.: No, me alejé totalmente. En esa década
pasaron años enteros en que yo no hice ni una sola trova, y si hacía una tanda
de trova era mucho. A veces por ahí en reuniones familiares se pone uno a molestar
con los primos, pero se puede decir que en los diez años estuve absolutamente
alejado de la trova. Por eso me sorprendió un poco cuando fui a El Gran
Trovador en El Teatrico, porque Germán y yo nos preguntábamos: “¿Nosotros cómo
estaremos trovando?”. Pero me sentí trovando bien y me dije: “Bueno, pues
hagámosle otra vez al Rey de Reyes, ahí como por molestar y ver qué pasa”. Pero no sé si después vuelva a trovar,
seguramente no.